La Unión Nacional de la sociedades y secciones de obreros en hierro y demás metales de España, se constituye en 1884 como la primera asociación obrera metalúgica organizada y antecedente de la Federación Nacional de Obreros Metalúrgicos y Similares de España, constituida por 1902 y adherida a la Unión General de Trabajadores en 1903. En 1922 la Federación Metalúrgica acuerda adherirse a la Federación internacional de los Trabajadores de las Industrias (FITIM). En 1928 se decide, en el XVI Congreso de UGT, la reestructuración del sindicato en Federaciones Estatales de Industria. El Congreso Extraordinario de 7 de febrero de 1930 aprobó la denominación de Federación Siderometalúrgica de España, cuyos objetivos serán "reunir en su seno a todas las sociedades y sindicatos obreros locales, provinciales o regionales de las industrias metalúrgicas y siderúrgicas". La resistencia de los trabajadores de la minería y del metal en Asturias, en la huelga de 1934, fue reprimida brutalmente y la guerra civil supuso una ruptura en la labor de defensa de los trabajadores que venía realizando la Federación Siderometalúrgica desde su constitución. En 1938 se abre un periodo de ruptura que dura hasta 19502, en que los organismos de la UGT DE Tolouse reúnen en una sola comisión todos los restos de las diversas facciones del sindicato. En Francia, los restos de la Federación Siderometalúrgica de UGT se articularon en torno al grupo profesional de la Federación Siderometalúrgica de UGT, creado fundamentalmente para representar a los trabajadores españoles ante las Federaciones Internacionales y recabar la solidaridad internacional. Durante la dictadura, aunque con mucha dificultad, se mantiene la conexión entre el Grupo de Francia y la estructura clandestina de la Federación Siderometalúrgica, gracias los "itinerantes" cuya misión era con los últimos años del franquismo, la UGT inicia un proceso de renovación interna propiciado por la progresiva politización de las luchas obreras en el País Vasco y Asturias. En 1971 se reconstituyó la Dirección Nacional de la Federación Siderometalúrgica con el cometido de reconstituir la estructura de la federación en fábricas y en todo el territorio nacional y preparar a la organización para la realización de su XV Congreso, que tuvo lugar en abril de 1977, tras más de 40 años de espera. El Congreso establecerá las líneas maestras del sindicalismo democrático: derogación de la legislación social y laboral de la dictadura, la autonomía en la negociación colectiva entre los sindicatos representativos y la patronal y la negociación de un convenio de sector a nivel de todo el Estado. La Federación Siderometalúrgica experimenta, entre los meses de abril y octubre de 1977, un crecimiento de la afiliación espectacular de 9.000 a 100.000, fundamentalmente por la reconstitución de las distintas federaciones del metal y legalización de los sindicatos. La difícil situación que atraviesan los sectores metalúrgicos como consecuencia de la crisis industrial, principalmente en los sectores siderúrgico, naval y del automóvil, ha ce necesario abordar su reconversión para frenar la destrucción del tejido industrial y del empleo. La acción sindical se va a caracterizar por las negociaciones con el gobierno socialista sobre reconversión y reindustrialización y la creación de los Fondos de Promoción de Empleo, destinados a promover el reciclaje de los trabajadores afectados por las reconversiones. En los años 90 la política sindical va a centrar en materias de salud laboral, introducción de nuevas tecnologías en las empresas estatales, el establecimiento de una nueva clasificación profesional y democratización interna en las empresas. El III Comité Federal de UGT-METAL, celebrado en enero de 1996 acordó el inico de proceso de fusión de la Federación Siderometalúrgica y la Federación de Construcción, que culminó en 1998 con la creación de la Federación del Metal, Construcción y Afines MCA-UGT.
