Muerto el dictador, las fuerzas democráticas de la clandestinidad comenzaron a tomar más protagonismo. El Partido socialista organizaba, en febrero de 1976, su primer mitin en el frontón de Astelena, en Éibar (Guipúzoca). Más de 7000 militantes socialistas desbordaron la capacidad del recinto, mientras desde la tribuna los líderes del partido reclamaban la libertad para todos los partidos políticos y «la recuperación de la democracia». De izquierda a derecha: Nicolás Redondo, secretario de Organización del PSOE, Enrique Múgica, secretario de Coordinación del PSOE, Felipe González, primer secretario del partido, Benigno Buscarán, secretario general del PSE-PSOE en Guipúzcoa, Alfonso Guerra, secretario de Prensa e Información del PSOE y Manuel Chaves, miembro de la Comisión Ejectuva de UGT.

Tras el Congreso de Suresnes, la nueva dirección del Partido Socialista, se puso en marcha para impulsar desde la izquierda los cambios democráticos que necesitaba el país. En la imagen, vemos la reunión de un grupo de trabajo de la Comisión Ejecutiva del PSOE, en Madrid.

Fernando Múgica, a la derecha, charlando con su hermano Enrique, exministro socialista de Justicia.